***Invita el escritor a leer todo, desde lo cotidiano hasta lo más complejo
Metepec, Estado de México, 11 de octubre de 2015.- “Soy Nicolás Alvarado y es todo lo que les voy a decir de mí, conózcanse entre ustedes los próximos 15 minutos”, fue la frase con la que el escritor mexicano inició su taller de escritura en el Festival Quimera.
Con un ejercicio poco usual entre los conferencistas, el autor de libros como Con M de México y La Ley de Lavoisier deja a su público conocerse entre sí mientras él revisa su celular, toma agua y repasa apuntes que trae en su dispositivo electrónico.
Uno de los salones del Museo del Barro sirve como escenario para que el también conductor de televisión transporte a sus escuchas por terrenos de la comunicación, la lectura, la escritura y la interpretación de personajes para así llegar a la ficción.
En la dinámica sólo una adolescente no participa, el resto platica sobre quiénes son y cómo es que llegaron a la conferencia de Alvarado, quien también es autor de la obra de teatro Cena de Reyes, basada en el texto de Alfonso Reyes.
“¿Ya están listos?”, interrumpe Alvarado, quien ahora invita a su público a escribir sobre la persona que les contaron. De nuevo ofrece 15 minutos, pero en esta ocasión el autor también se involucra en la dinámica y platica con Marcela, una de las asistentes; ambos escriben sobre una alguien desconocido.
Tras concluir el tiempo, nuevamente el escritor pide al público reunirse, ahora con una tercera persona diferente para escenificar una obra de teatro, donde se mezclen los dos personajes de los que escribieron: “Vamos a jugar a las personas, vamos a jugar a las máscaras, juguemos al teatro”, propone.
Luego de presenciar dos interpretaciones, el escritor escenifica con Marcela la coincidencia de sus personajes. Alvarado es un taxista que conoce a una mujer que está a punto de suicidarse, pero que gracias a la plática que mantienen durante el trayecto, la pasajera decide solucionar sus problemas.
“Lo que hicimos hoy fue leer, hoy vinimos a leer, vinimos a leernos los unos a los otros, vinimos a leernos las lecturas que tenemos de los otros”, destacó Alvarado al concluir su dinámica, quien confiesa que lo único que aprendió en la carrera de Ciencias de la Comunicación fue el significado de la palabra ‘texto’.
El escritor le dice a su auditorio que una persona es un texto y que vivimos rodeados de textos; los parques, los edificios, los animales son parte de la semiología, la disciplina que estudia los signos.
“Hoy trabajamos con las herramientas que podemos tener para poder decodificar a una persona. Lo que hace un escritor, antes de escribir, es leer. Lo que hace falta para poder escribir un texto es conocer muchos textos”, destaca Alvarado.
Leer la televisión, a las personas que nos rodean, el lenguaje corporal, el clima, la arquitectura, brinda información para entender la realidad, lo cual ayudará a construir la propia lectura de la realidad individual, les dice el autor.
“Hicimos un ejercicio de lectura y de relectura y un constructo de ficción a través de la lectura. Eso no se aprende en dos horas, pero el objetivo es picarles la cresta para que la próxima vez que vayan al teatro, al cine o vean la televisión, lo vean de otra manera, porque así se construye la ficción. Es profundamente conmovedor que la ficción, aún siendo mentira, sea el único vehículo que tenemos para acercarnos, sin alcanzarla nunca, a la verdad”, agradece Alvarado y concluye su participación.
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